Ana Carolina García
Osteópata
T: +34 669094823

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Cuando pienso en la época, antes de estudiar Osteopatía, en que me trataba con osteópatas, recuerdo las preguntas que me hacían al  llegar a la consulta, y me fascinaban. No era sólo: qué te pasa, qué te duele, cómo te lo has hecho? Si no que también querían saber qué me pasaba en el momento en que se manifiesta el síntoma, la caída o el golpe, cómo estaba yo en ese tiempo a nivel emocional, relacional, con mi pareja, mi familia, mi trabajo, conmigo misma y con mi entorno, cómo me alimentaba y asimilaba la comida, cómo descansaba, cómo eran mis ciclos….cómo vivía?

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Me hacía darme cuenta que todo estaba relacionado, que no era sólo el dolor o molestia, sino que esa es la manera en que mi cuerpo me expresa que hay algo que no está en armonía y que él quiere estar sano, por eso me lo muestra, para hacerme indagar, para hacer una retrospectiva y sanar lo que está ahí escondido o no, pero está y ya no lo necesito, que está minando mi salud y no me deja avanzar. Me dice que lo mire, que lo escuche, que lo sienta y lo cuide. Qué todo es importante.

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Soy bailarina profesional desde los 14 años, trabajé en grandes compañías de danza en mi país, Colombia y vine a Europa para seguir mi formación en danza hace más de 20 años. Me encanta todo lo que tiene que ver con el cuerpo, su expresión, su comprensión. Por eso, después de estudiar  Nutrición y Dietética, Macrobiótica, Quiromasaje y masajes tradicionales de diferentes culturas (conocimientos y técnicas que encontraba super complementarios para mi trabajo como bailarina y profesora de danza), tuve la certeza de que mi camino también iba por conocer y expresar con mi cuerpo no sólo a un nivel externo, hacia afuera, sino también hacia adentro, cómo funciona, su arquitectura, sus sistemas relacionados, sus partes que forman ese todo maravilloso y complejo, lo que hay por dentro y lo que le pasa cómo me afecta a todo los niveles…...quería saber cómo ayudarme y ayudar a recuperar y mantener la salud, la armonía, la belleza de esta maravilla que habitamos, que es nuestro territorio, nuestra “casa”. Cómo usarlo mejor, conocerlo para cuidarlo y cuidarlo para conocerlo.

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Así que me hice osteópata, feliz, sabiendo, el día que acabé la formación que empezaba realmente mi aprendizaje, qué tengo tanto tanto que aprender de cada cuerpo, que soy sólo un ser que acompaña a alguien a su autocuración, que vienen a mi porque quieren sanarse. Me siento  honrada y bendecida por esa confianza, porque me permiten poner mis manos sobre ese territorio hermoso y sagrado, porque se entregan y esa entrega es mutua, porque me enseñan y me ayudan, porque hacen parte de mi camino.